Autonomía como opción educativa

Autonomía es la capacidad del individuo para gobernarse a sí mismo, teniendo en cuenta el punto de vista de quienes lo rodean (Piaget)
Tipos de Autonomía:Autonomía IntelectualAutonomía MoralAutonomía Social
Autonomía IntelectualLa capacidad del individuo para resolver problemas, crear nuevos productos, transferir información, etc.Se requiere pasar de un nivel de pensamiento concreto a uno de pensamiento formal.
Autonomía MoralEs la capacidad de actuar de acuerdo con ideales y principios morales construidos socialmente por cada individuo y compartidos por una comunidad.Actuar inclusive en situaciones de presión que apuntan al sometimiento de factores no morales, tales como la opinión de la mayoría, prejuicios, autoridad tiránica o simplemente pereza y depresión.
Autonomía SocialLa capacidad del individuo para relacionarse con los “otros”, consigo mismo, con la naturaleza y con su Dios.La capacidad de ponerse en los zapatos del otro.Lograr resolver problemas de forma no violenta, haciendo que “a través del diálogo se aprenda el arte de presentar una posición con respeto, en lugar que sólo se nos respete por nuestra posición” (Senge, La Quinta Disciplina)

Para alcanzar los tres tipos de autonomía se requiere un alto nivel de desarrollo del pensamiento que nos permite entender diversos puntos de vista, salir de nosotros mismos y poder actuar en pro del bien común.

El Juego y el Niño


Los bebés y los niños de corta edad aprenden a través del juego. Toda la actividad humana surge de una necesidad innata de explorar y controlar el entorno (Kielhofner & Burke, 1980). La satisfacción de esta necesidad aumenta la motivación y la iniciativa. La habilidad del niño para jugar productivamente e inter-relacionarse con otros consolida su sentido de identidad y de estimación propia. (Swinth & Case-Smith, 1991).
Aunque hay muchas definiciones de juego, la mayoría incluye el concepto de juego como "una actividad en la que se participa voluntariamente por placer" (Simon & Daub, 1993, p. 118). El juego es una de las ocupaciones primarias de la infancia. Simon y Daub (1993) afirman que a través del juego "el niño aprende a explorar, desarrollar y controlar sus habilidades físicas y sociales" (p.118) y a adaptarse a su entorno y cultura. Según Piaget (1952) el juego y el desarrollo cognitivo son interdependientes, con el juego fomentando la competencia del niño en su mundo. Finalmente, Cotton afirma que el juego ayuda al niño a aprender a enfrentarse con la frustración, la ansiedad y el fracaso.
Lane y Mistrett (AOTA, 1995) presentan diferentes características del juego. Según ellos, el juego ha de ser intrínsecamente motivador, generarse espontáneamente, debe ser divertido, y quien lo juega ha de participar en él activamente y por voluntad propia. Cuando los profesionales introducen la informática como un instrumento para el juego, se pueden facilitar muchas de estas características.
De acuerdo con Piaget (1952) la etapa sensomotora del juego predomina durante los dos primeros años de vida. Esta etapa se caracteriza por la repetición, la práctica, la exploración y la manipulación. Muy pronto en esta etapa se observa que los niños miran, manipulan, golpean y se llevan a la boca los objetos. Esta conducta progresa hacia el juego realizado con objetos (por ejemplo, amontonar cubos, armar puzzles sencillos, etc.) Según van madurando, Los niños empiezan a entrar en la etapa simbólica que aparece en el primer año de vida y se desarrolla durante el segundo y tercer año. Esta etapa se caracteriza por el imaginar/fingir y es la base del desarrollo del juego social. Cuando la informática se utiliza como instrumento para el juego, debe facilitar estas características.
A medida que vayamos considerando las aplicaciones informáticas para el juego y el aprendizaje es importante que nos demos cuenta de que la informática debe ser una de las muchas avenidas que se le presenten al niño. Normalmente, a los niños no solo se les debe presentar la informática sino también deben tener oportunidades para manipular diferentes tipos de juguetes, participar en actividades del sistema motor (gatear, andar y correr) y de interactuar con otros niños y adultos en su entorno. De hecho, parece que en los Estados Unidos se ha venido dando un aumento en problemas de salud tales como la obesidad en los niños que pasan demasiado tiempo inactivos (viendo la televisión, jugando con el ordenador o vídeo juegos, etc.)

Padres y Educadores podemos ayudar a establecer las bases de la Autoestima


1. Devolviéndole una imagen positiva y ajustada de sí mismo. Si le vemos en su aspecto positivo, sin inflar, ni exagerar ningún aspecto, aceptándole; lo estamos consiguiendo.2. Motivándole a afrontar el conocimiento de lo que le rodea con curiosidad e interés. Creando un clima de descubrimiento agradable y positivo.3. Reforzándole en sus logros. No recalcando sus fracasos. Lo que ha hecho mal no se lo podemos presentar como algo que está bien, pero podemos relativizar su fallo.4. Dándole la oportunidad de que se enfrente a los conflictos y ponga en juego sus habilidades para resolverlos autónomamente 5. Criticar sus actos, nunca a su persona. Cuando tengamos que limitar su acción, podremos explicarle que lo que ha hecho no está bien, no nos gusta, pero diferenciándolo claramente de lo que es su persona. Es decir, podemos expresarle: "Eso está mal”, nunca le diremos: “Eres un desastre”.6. Asegurarle nuestro cariño y afecto incondicional, independientemente de sus logros y comportamiento. El niño necesita sentirse seguro y querido por sí mismo. 7. No utilizar los castigos. El castigo ha demostrado ser totalmente inútil para regular la conducta a medio y largo plazo, a corto plazo puede servir momentáneamente pero sin interiorizar el sentido de la norma, con un daño en la propia estima, dolor emocional, resentimiento hacia la persona que castiga, y deseo de vengarse volviendo a transgredir cuando no sea visto.8. Facilitar al niño una salida “airosa” del conflicto. Cuando a un niño se le niega algo que quiere, o se le impide que lleve a cabo una acción determinada. Es conveniente ofrecerle y ayudarle a tomar una opción alternativa e incompatible con la anterior y que sea adecuada. Una salida airosa para él, respetando la norma. Si es posible eligiendo entre varias.9. Permitirle la expresión de sus sentimientos. Las emociones personales son el último reducto de la intimidad. No se debe enseñar a los niños a disfrazarlas desde pequeños. Se puede exigir un control sobre la acción, no sobre la emoción. En un ambiente afectivo adecuado las emociones irán madurando positivamente.


“Esto supone el mirar a los niños con respeto y cariño, con una visión que no esté nublada por los propios temores y esperanzas, siendo capaces de reconocer sus capacidades, de reforzarlos y criarlos y ayudarles a reconocer qué es lo que hay de especial en cada uno de ellos”.

Bienvenidos

Queridos papitos y mamitas junto con saludarlos les doy la bienvenida a este espacio en el cual
podremos ir aprendiendo sobre como nuestros hijos van creciendo y aprendiendo del mundo que los rodea, espero que todos seamos partìcipes de este espacio.